domingo, 14 de junio de 2009

"Han sido nueve años que no voy a olvidar jamás"

Rodeado de los suyos, tratando de mantener la calma y de irse como un caballero. Y resoplando cuando llegaron los momentos duros de la rueda de prensa, cuando saludó a su amigo Óscar, el utilero, que no quiso perdérselo. O cuando estaba a punto de terminar el discurso que traía más o menos preparado. "Que han sido nueve años que no voy a olvidar jamás", acabó.

En su despedida, a Víctor Fernández le traicionó hasta la vestimenta. "Mi mujer me ha dicho ponte ésto y cuando me ha visto me ha dicho 'vas como el Valladolid'", explicaba con una sonrisa. Camiseta morada y vaqueros blancos, como si quisiera jugar en la mesa del Tryp Recoletos el partido de despedida que no ha podido tener en Zorrilla. Precisamente el detalle que más le duele. "Me merecía otra despedida, no solo yo, sino una afición que después de nueve años aplaudiéndome y dándomelo todo también se lo merecía", comentaba. Y acto seguido explicaba que no había sido una sorpresa para él esta decisión del club. "Vosotros habéis estado conmigo y creo que sabéis que sentía que mi último partido era el día del Betis en el Ruiz de Lopera. No hay mal que por bien no venga y me voy muy contento y con la cabeza muy alta". Y es que se ha sentido importante en el equipo hasta el último momento.

No quiso una rueda de prensa en Zorrilla, ni el acompañamiento institucional de Carlos Suárez o de Roberto Olabe. Prefirió sentirse arropado por sus amigos, y agentes, Gonzalo Arguiñano y Luis Perote. Escogió leer unos apuntes garabateados en un papel, quizá para aguantar mejor los nervios. Así empezó, tras aclarar que había sido una decisión del club, no suya, y desmentir que haya tenido ningún tipo de problema con José Luis Mendilibar, el técnico. "Por lo principal que estoy aquí es para despedirme de todos vosotros, de una afición y unos compañeros que se han portado conmigo estupendamente". Se explayó en alabanzas y agradecimientos a aficionados y compañeros, se le escapó la emoción cuando recordó que "después de ayer, cuando se conoció la decisión no ha dejado de sonar el teléfono", y quiso guardarse los reproches, aunque se le escapó uno, relacionado con la forma en que se le comunicó la decisión. "La decisión ha sido un poco rara, he visto cómo se cambiaba de decisión en cinco o seis días, dos o tres veces. [...] Con el presidente hablo cuatro ó cinco días antes y me dice una cosa, luego me dice otra. Tampoco necesito explicaciones, es una decisión que tienen que tomar ellos. Seguir o no seguir no es cuestión suya, lo que pedía era que me lo dijeran porque quería despedirme de mi gente".

Una gente con la que asegura que estará comprometido para siempre, "porque este es mi club". Y es que, como él mismo resumió: "Llegué soltero y con 22 años y me voy con 35 años, casado y con tres hijos". El adiós de una leyenda.


Una lastima la marcha de uno de los pocos jugadores de la primera plantilla que valia la pena, y se dejaba todo en el campo, esperemos que todo te vaya bien. Hasta siempre Capitan!

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