1-1: El Pucela se complica la vida en Ponferrada
El Real Valladolid se complicó la vida en El Toralín y no pudo pasar del empate (1-1) ante una Ponferradina que se mostró como un conjunto voluntarioso y trabajador para explotar sus modestos recursos futbolísticos. Lo difícil para los vallisoletanos en la tarde de este domingo era abrir la lata y cuando Javi Guerra acertó a desnivelar la balanza con un golpe de talento, no supo mantener la ventaja. Fruto de un error defensivo permitió a la Deportiva empatar y venirse arriba para poner en el aire incluso la igualada. Y es que el Real Valladolid, que debió ganar, estuvo a punto de perder porque en el descuento el colegiado, que fue lo peor de un partido malo, pudo pitar un penalti de Jacobo a Gorka Saizar.
La actuación del árbitro andaluz Melero López tuvo mucho que ver en el pobre espectáculo que se vio sobre El Toralín. La Ponferradina, a falta de talento pone coraje y entrega, tuvo que emplearse a fondo para parar al Real Valladolid. Dicho de otra forma: se empleó de forma dura para frenar la construcción blanquivioleta y el árbitro hizo la vista gorda, no supo llevar el partido.
Además de no saber gestionar la conducción del arbitraje, tuvo errores decisivos. El primero, un claro penalti de lateral izquierdo berciano Candela al lateral derecho vallisoletano Pedro López en el minuto 16. El segundo, en el gol vallisoletano, ya que Javi Guerra arrancó en fuera de juego a un pase largo de Valiente antes de definir como un delantero de muchos quilates para marcar el primer gol del partido en el minuto 53. Y el tercero, como colofón a su tarde desafortunada, en el descuento, al no señalar lo que la Deportiva reclamó como un claro penalti de Jacobo a Gorka Saizar en pleno desbarajuste final.
El gol vallisoletano fue la primera acción destacable tras un monólogo del Real Valladolid intentando sin fortuna llegar al área de Queco Piña y una Ponferradina que se empleaba como podía en achicar el planteamiento blanquivioleta, que presentaba dos novedades con respecto a otros encuentros: Óscar entró en la banda izquierda desplazando a Sisi a la derecha, propiedad hasta este encuentro del lesionado Nauzet, y Jesús Rueda fue la pareja de Álvaro Rubio en el centro del campo por el también lesionado Jorge Alonso, y por delante de Baraja, que sustituyó en la recta final al extremeño cuando éste se lesionó.
Además del cambio obligado de Baraja por Jesús Rueda, Antonio Gómez metió un poco antes del gol vallisoletano a Keita por Calle, y justo después del tanto de Javi Guerra a un desubicado Óscar por Álvaro Antón. Las entradas de Keita y Álvaro Antón pudieron ser decisivas porque Keita, a raíz del gol vallisoletano, estrelló el balón en el larguero tras una falta lateral ejecutada por Álvaro Antón. Y el propio jugador burgalés, en un contraataque en el tiempo de descuento, cuando cualquiera de los dos equipos pudo ganar, picó el balón desde la frontal por encima de Queco Piña y obligó a una buena intervención al cancerbero blanquiazul.
Lo cierto es que el Real Valladolid se complicó mucho la vida en Ponferrada. Hizo lo más difícil, como era adelantarse en el marcador en la primera oportunidad clara que tuvo -la Ponferradina dispuso de dos situaciones clarísimas en el arranque de la segunda parte desbaratadas por Jacobo-, y no supo aguantar la ventaja ante un rival inferior. Pagó muy caro un error defensivo y se vino abajo, situación que se ha repetido en los partidos fuera de casa: en todos, el Real Valladolid dio primero, pero sólo en Granada, a duras penas, aguantó la victoria; el Real Betis le doblegó, el Elche le empató con diez futbolistas y un jugador de campo de portero, y este domingo la Ponferradina, con muy poco, le arrebató la victoria. Una situación que le priva en estar en la zona de ascenso y le deja en la séptima plaza.
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