3-2: El Pucela rescata un triunfo en la locura
El Real Valladolid, que fue perdiendo hasta el minuto 66, acabó ganando al Celta con un gol de Jorge Alonso en el minuto 93 cuando los blanquivioleta jugaban con 10 jugadores y los gallegos con 9
El sol salió en Zorrilla en el descuento. La locura blanquivioleta se desató en el minuto 93, cuando el partido expiraba camino del empate. Ya no había ni fuerzas ni tiempo para más, pero Javi Guerra sacó una última vez la varita e hizo magia. Se fue por la banda derecha, puso un centro al primer palo y Jorge Alonso, con un defensa grapado al cuello, entró con fe, entró con todo, y consiguió desviar la trayectoria del balón al palo contrario, sin que Falcón pudiera evitar el tanto de la victoria blanquivioleta, una victoria agónica, pero victoria al fin y al cabo.
En realidad, la cordura en el césped se había perdido en el minuto 87, cuando el colegiado expulsó por discutir a Pedro López y Hugo Mallo, en medio de una tángana de los 22 jugadores, unos recriminando al lateral blanquivioleta un supuesto codazo que -si lo hubo- fue absolutamente involuntario, sin casi forcejeo por la pelota, y los otros defendiéndose del acoso de los unos. El caso es que tras la refriega, el colegiado, que no dio una a derechas en toda la mañana, optó por la incomprensible solución salomónica: expulsar a ambos futbolistas.
La expulsión de Pedro López dejó al Real Valladolid con 10 futbolistas y el de Hugo Mallo con 9 al Celta, puesto que en el minuto 82 Roberto Lago había sido expulsado por doble amonestación. Y en el arreón final, el Pucela ganó un partido intenso y vibrante ante un Celta que dejó en Zorrilla impronta de gran equipo.
El partido arrancó con un golazo de Nauzet en el minuto 3. Todo se le ponía de cara al Real Valladolid, que en el minuto 8 no consiguió el segundo gol de verdadero milagro, al no poder precisar Calle un remate a bocajarro ante Falcón. Pero el Celta, poco a poco, fue ganando terreno y consiguió empatar en el minuto 18 con un tiro desde la frontal de Trashorras, que firmó un gran partido para los suyos.
Con el empate llegaron los nervios a la grada y al césped. Los vallisoletanos perdieron el sitio por momentos y el Celta se encontró como pez en el agua, firme y convencido de que podía pescar una victoria importante en Zorrilla.
Avisó David Rodríguez con un disparo al palo a la media hora de juego y De Lucas puso el 1-2 en el minuto 38, tras recortar a Jordi en el área pequeña y batir a Jacobo con poco ángulo de tiro, colocando el balón entre las piernas del portero vallisoletano.
Si el Celta había acabado bien la primera mitad, en la segunda comenzó mejor. Por momentos, el partido se le escapaba al Pucela porque la sensación de peligro que daba su rival le acercaba al tercer gol.
Pero Gómez, desde el palco, movió ficha y el cambio fue decisivo: en el minuto 64, Jorge Alonso entró por Calle. El Real Valladolid perdía una referencia arriba, pero ganaba en el centro del campo. Álvaro Rubio se quedó como único pívote por delante de la defensa, y Rueda adelantó su posición con Jorge Alonso, para dibujar un 4-1-4-1. El Pucela empezó a presionar más la salida de balón y el Celta empezó a tener dificultades para jugar entre líneas.
Con dificultad, el Real Valladolid consiguió zafarse de la presión del Celta y más con el corazón que con la cabeza se acercó al área visitante. Lo intentó por las bandas con poco resultado y acabó encontrando el gol por el centro, con un pase interior de Rueda para Guerra, que dejó al delantero ante Falcón. El pichichi blanquivioleta no falló.
En los últimos minutos se desató la locura y en el río que había revuelto el Celta para matar el partido, el Pucela acabó pescando tres puntos.
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