0-1: El Pucela cambia el frac por el mono
En inferioridad numérica desde el minuto 65 por expulsión de Guilherme y gracias a un penalti a favor del Granada no señalado en el minuto 89, el Real Valladolid araña la victoria en Los Cármenes con un nuevo gol de Calle
Con mucho sudor y una pizca de fortuna que se necesita un buen equipo para sacar un partido adelante cuando no tiene su día, el Real Valladolid ganó por 0-1 en Los Cármenes al Granada y cumplió con su objetivo de seguir en lo más alto de la clasificación de la Liga Adelante, con cuatro goles a favor y ninguno en contra.
El sudor lo pusieron los chicos de Antonio Gómez, que aunque estuvieron muy por debajo del nivel exhibido ante el Villarreal B en Liga y frente a Las Palmas en Copa en la pasada semana, supieron trabajar a destajo para conservar la renta que le había otorgado Calle al materializar el gol del encuentro en el minuto 24, con un preciso tiro cruzado con la derecha ante la salida de Roberto.
Esta vez, el Real Valladolid cambió el frac de las dos primeras jornadas y se tuvo que poner el mono de trabajo para sacar la victoria adelante, porque salvo en la primera media hora, en la que fabricó el gol y una bonita jugada, anterior al tanto, entre Barragán y Calle que acabó con una buena intervención del portero local al disparo del ariete madrileño tras el centro del sevillano, el Pucela apenas existió en ataque.
Para mayor angustia de los vallisoletanos, se quedaron con 10 jugadores en el minuto 65 al ver Guilherme la segunda tarjeta amarilla en el minuto 65, con lo que el equipo tuvo que trabajar el doble para conservar la renta. El lateral izquierdo brasileño fue amonestado en la primera parte y tuvo muchos problemas para defender los ataques por su banda, hasta que acabó siendo expulsado. Jorge Alonso también vio la amarilla en los primeros minutos y estuvo "nominado" para abandonar el campo, por lo que Antonio Gómez decidió cambiarle en el descanso por Baraja. Evidentemente, hacer un segundo cambio en el intermedio cuando el equipo estaba ganando era excesivo, aunque finalmente la expulsión llegó.
No es que el partido fuera muy bronco, pero el colegiado puso el nivel de la tarjeta muy bajo y en estas condiciones siempre dio la impresión de que algún equipo no iba a acabar el partido con 10 futbolistas y el Real Valladolid tenía todas las papeletas, como finalmente sucedió.
Jugada polémica
Y la pizca de fortuna la puso el árbitro, que en el último suspiro, con el Granada desesperado después de estar una hora atacando y atacando sin marcar, no vio infracción en una entrada de Barragán a Geijo en la única ocasión en la que el ataque local creó una oportunidad clara de peligro. El delantero hispano-suizo se hizo con un balón y cuando iba a encarar a Jacobo, Barragán lo cargó por detrás. Entre que la jugada fue muy rápida y algo confusa, unido a que Geijo es un futbolista muy habilidoso en provocar el error arbitral, Ontayana prefirió no pitar penalti.
Amén de rescatar el trabajo y el orden defensivo -porque a pesar de defenderse durante una hora el Granada no consiguió crear peligro real ante Jacobo más allá del tembleque que podría haber provocado a la defensa vallisoletana estar siendo acosada una y otra vez-, esta vez poco más demostró el Real Valladolid. Comenzó bien y poco a poco se fue diluyendo, cediendo metros, perdiendo el centro del campo y el balón a los dos pases, hasta acabar con una defensa a ultranza para arañar la victoria.
Pero claro, esto es fútbol y no siempre se puede jugar con el frac, a veces hay que ponerse el traje de faena y saber sufrir. Y el buen trabajo, aunque esta vez fuera solo defensivo, suele tener premio. Esta vez con suspense, pero premio.
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